CAPITULO 8: No hacen falta palabras.

Chic@s nuevo capitulo, espero que les guste, yo he disfrutado mucho escribiendolo, porque hay mucho sentimiento. Por favor comentennnnnnn, que no saben la ilusión que me hace.
Muchos besos a todas nos vemos el Jueves por aquí.

Pov. Alejandra

Pensaba en todo lo sucedido, lo de Alberto, lo que Noe me había comentado de Victor, y es que no pasar nada interesante en mi vida, después de tanto tiempo sin tomar a algún hombre en serio, aparecen dos a la vez.

Lo de Victor me había sorprendido muchisímo la verdad, no sabía como actuar con él a partir de ahora, tendríamos que hablar y aclarar las cosas, pero cuando saliese del hospital y todo este más tranquilo.

Pero lo que Alberto me hacía sentir, era otra cosa, era otro tipo de sentimiento, un cumulo de sensaciones que no se podía explicar, seguridad, confianza, deseo, pasión, todo ello mezclado con ese toque de ternura que me había desmotrado, todo formando el coctel más delicioso que había probado jamás. Aún así me sentía asustada, el recuerdo del dolor y el desengaño sufrido pesaban demasiado en mis recuerdos todavía, el miedo a arriesgar, a sufrir otro fracaso, me impedía dar el paso y arriesgar. Además me había acostumbrado a vivir sola, sin dar explicaciones, sin contar con nadie, me había hecho a la idea de que mi vida sería siempre así... y ahora aparece este hombre echando abajo todos mis cimientos construidos, haciendo que todas las estructuras que yo me había forjado se tambaleen, con solo una mirada suya, con el simple roce de su piel contra la mia,...

Seré capaz de abrirme, de dejarme llevar como dice Noe, de no poner limites a los sentimientos antes de llegar más allá como siempre hacía, cada vez que veía que un hombre se interesaba un poco más de lo debido en mi, o que a mí empezaba a interesarme, ponía pies en polvorosa, desconectaba el telefono por unos dias, y me mantenía desaparecida hasta que las aguas se calmaban, no permitía llegar más allá de un simple revolcón.

Pero ahora, parecía que todo era distinto y me daba miedo, lo reconozco, si es que los hombres deberían venir con un guía en la que dijera "este va a ser el hombre de tu vida, no tengas miedo arriesgate", por qué tenía que ser todo tan complicado y es que después de todo lo que había pasado no sabía como comportarme con él, no sabía que esperar, ni qué esperaba él de mí.

La cabeza empezó a dolerme de tanto pensar y no sé en que momento me quedé dormida.

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Pov. Alberto

Eran casi las 7 de la tarde, llevaba controlando mis ganas de ir a ver a Ale toda la tarde, pero no quería ser un pesado, además ella necesitaba descansar y yo poner en orden mis ideas. Había llegado a la conclusión que cuando María regresase de Nueva York, le pondría todas las cartas sobre la mesa, y ella tendría que entender que el cariño que nos tenemos no es suficiente para formar una pareja, estaba totalmente seguro de que ella intentaría darle la vuelta a la cuestión pero esta vez no estaba dispuesto a dejarme manipular por ella, no ahora que Alejandra se había cruzado en mi camino, aunque tampoco sabía que pensaba ella de todo esto, era necesario que hablasemos, yo necesitaba saber que sentía, que pensaba al respecto de lo que había pasado entre nosotros (otra vez la risa boba en mi cara), era algo inevitable, esta mujer había roto todos mis esquemas, me volvía fragil a su lado, ella solo tenía que mirarme para que cayese de rodillas a sus pies.

No esperé más fui hasta mi consulta cogí su informe y con la escusa de que soy su médico y quería ver como seguía mi paciente me encaminé hacía su habitación. Por el camino me encontré con Jaime que se marchaba a casa.

_¿te vas para casa?

_sí, estoy molido ha sido un día muy complicado, ¿y tú? ¿no ha acabado ya tu turno?_
mi amigo era bastante observador.

_Sí, pero voy a ver como sigue Alejandra antes de irme_ me miró con cara de pocos amigos y me hizo la pregunta del millón.

_¿has llamado a María?_

_Sí_sabía que no se iba a conformar con un monosílabo como respuesta, pero la verdad no tenía ganas de darle explicaciones, mis cuerpo estaba ansioso por encontrar otro cuerpo, que precisamente no era el de mi amigo.

_¿y....?_
como yo suponía quería más información.

_Pues nada que vuelve en dos días, y como es normal en ella ya me ha organizado la agenda para ese día._ dije encogiendome de brazos.

_¿Le has hablado de Alejandra?_esta conversación estaba empezando a importunarme, Jaime era mi mejor amigo, pero ni por eso tenía derecho a entrometerse en mi vida personal, así que mi rostro se volvió serio.

_
No, pero creo que de eso ya te has encargado de eso, ¿no?_ el hombre que tenía frente a mí se tensó_ Jaime yo entiendo que puedas estar preocupado por mí, pero dejame hacer las cosas a mi manera, ya hablaré yo con María y le explicaré todo_

_Si claro, que vas a explicarle que la has utilizado para acostarte con ella mientras encotrabas a otra_ no me esperaba esa reacción de mi amigo.

_ Las cosas no son así y lo sabes_

_Perdona amigo lo sé, lo único que pasa, es que María tambien es amiga mia, no quiero que ninguno de los dos lo pase mal, solo eso._

Le puse la mano en el hombro, y le aprete en señal de confianza y asentí. Pero no quería seguir con la conversación. Me giré y seguí mi camino hacía la habitación de mi paciente, el corazón empezó a latir más deprisa ante la anticipación de volver a verla y tenerla tan cerca de mí. Me detuve delante la puerta y llamé, su madre me abrió sonriente, todos estaban más tranquilos.

_Ale esta dormida doctor, si quiere la despierto, lleva ya casi tres horas durmiendo_ me dijo su madre.

No me equivoqué en no venir en toda la tarde mi princesa necesitaba descansar.

_No se preocupe, solo voy a examinar su tensión, la temperatura y las heridas del torso_ me dolió solo el pensar en esas heridas, me sentía culpable de ellas_ así que si no les importa esperar fuera_

Sus padres salieron cerrando la puerta tras de sí, me quedé allí, mirandola, se veía preciosa durmiendo, tan fragíl, tan dulce. Pero tenía que despertarla, me daba mucha pena hacerlo, pero no quedaba más remedio, me centré una vez más en mirar sus labios, los mismos labios que esta mañana se habían unido a los mios en un baile silencioso, interrumpido por jadeos y suspiros.

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Pov. Alejandra

Era el sueño más fabuloso que había tenido en años, estaba con Alberto en mi cama, haciendo el amor, era increible poder sentirlo tan cerca de mí, de mi cuerpo, podía sentir sus manos en mi cara, sus labios sobre los mios,...no quería despertar, pero algo en mi lado conciente me llevaba a despertar, no quería abrir los ojos, porque conseguí mantener conmigo la sensación de sus besos y sus manos, casi podía sentir su respiración en mi cara.

La sensación cada vez era más real, no podía ser, mi sueño era increible, sentí como rozaba mi nariz con su nariz, y aún a sabiendas de qué abrir los ojos era despertar y dejar atras mi sueño, los abrí,....y ahí estaba él, en carne y hueso, besandome, acuando mi rostro entre sus manos, me aferré a su cuellos y lo acerqué más a mí.

_Buenos días princesa_ dijo sin alejarse un milimetro de mis labios.

Yo no dije nada, me limité a disfrutar de él, de su sabor, de su olor, de su contacto. Acaricié su rostro, su cuello su nuca, enredé mis dedos a su pelo y ahí supe que no hacían falta palabras, ni guia, ni nada por el estilo, iba a abrir mi corazón a este hombre y que el destino decida cúal es el final.