CAPITULO 9: ATRACCIÓN

Chicas perdón por tardar en públicar, la zona donde vivo a sufrido inundaciones, nos quedamos sin luz y sin agua, todavia hoy estamos en malas condiciones. El capitulo es cortito pero yo disfrute mucho escribiendolo, espero que les guste.

Por favor comenten, vale????? las quieroooooo.

Pov. Alejandra

Podría quedarme una vida entera besando sus labios, su cara, su cuello, aprendiendome de memoria cada célula de su piel, mis manos se habían entrelazado a su cuello como ferreas cadenas imposibles de romper. Mis cinco sentidos centrados en disfrutar del roce de sus labios y de su lengua en mi boca.

_Ale_me llamo sobre mis labios.

_!!umm¡¡_solo fuí capaz de emitir ese sonido.

_Tengo que examinarte y tus padres estan esperando fuera_yo no lo dejaba que se separara de mí, aunque el tampoco lo intentaba.

_Dejalos que esperen un poco_deshice mi agarre de su cuello y llevé mis manos al filo de la camiseta de mi pijama.

_¿Qué estas haciendo?_me preguntó con la voz entrecortada y sujetando mis manos.

_Ayudandote, has dicho que ibas a examinar mis heridas ¿no?_

Alberto se separó un poco de la cama, y me miró espectante mientras yo me recreaba en lo que estaba haciendo, ralentizando cada uno de mis movimientos, cogí el filo de mi pijama y poco a poco lo fui subiendo sin apartar la mirada de los ojos de mi médico, fuí descubriendo mi abdomen, mi pecho, hasta que me desprendí completamente de la prenda, la dejé a un lado de la cama. Lo miré de nuevo pero el no se movía, solo me miraba intensamente.

_Alberto, las heridas_ intentaba llamar su atención, parecía que estaba en trance.

_Es dificil, concentrarse ahora en tus heridas, Ale_ me sonrió de forma picará_ intentaré buscar todo el autocontrol que tengo_

Se acercó y empezó a mirar las heridas de mis costados, no decía nada, pero podía notar como estaba tenso, sus dedos apenas rozaban mi piel, pero solo eso bastaba para que se erizada ante su leve contacto. Pero su silencio me estaba matando.

_¿Qué pasa Alberto?_ no soporte más su silencio y le pregunté.

Se acercó despacio a mí, rozando sus labios en mi odio, podía sentir su respiración, mi cuerpo tambien se tensó ante su contacto.

_Yo tambien "lo siento" y no tengo tanto autocontrol como me gustaría._ dijo esto rozandome con sus labios.

Al principio no entendí a qué se refería, estaba pensando en ello cuando empezó de nuevo a besarme, pero no un beso sensual como el de antes, sino con más fuerza con más pasión, subió sus manos desde mis costados hasta mis pechos desnudos y se detuvo ahí, recreandose, recorriendolos, a veces con suavidad, a veces casi con furia. Me separé de él para coger aire, tal vez no podía sentir mis piernas, pero había otra parte de mi cuerpo por ahí abajo que estaba muy viva y clamaba por el hombre qué tenía al lado.

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Pov. Alberto

No soy consciente del mundo real que me rodea cuando esta mujer me besa, no puedo pensar con claridad, solo dejarme llevar y disfrutar de su contacto, sé que es una tontería que lo dirá muchisima gente, pero es que yo estoy seguro de que nadie me ha besado como ella, nadie me ha hecho sentir lo que ella provoca en mí y no es que sea un Don Juan, pero esto nunca antes me había pasado, si a ella le daba igual que sus padres estuviesen esperando fuera a mi tampoco me importaría. Noté como quitó sus manos de mi cuello, pero no las sentía sobre mi cuerpo, una sensación de vacio, de incertidumbre. Abrí levemente los ojos y vi lo que intentaba hacer, un escalofrio me recorrio la espina dorsal, estaba quitandose el pijama.

_¿Qué estas haciendo?_ creo que mi voz sonó con un poco de panico, pero es que ya me estaba siendo dificil contenerme como para que ella me pusiese las cosas más faciles.

_Ayudandote, has dicho que ibas a examinar mis heridas_ las heridas, como iba a mirar sus heridas ahora, como podía enfrentarme a su cuerpo desnudo expuesto ante mi y se lo hice saber. Así que me retiré de ella un poco, aunque me era imposible retirar la mirada, la miré mientras subia su camiseta, fue descubriendo su cuerpo, mirandome, con una mirada inocente que la hacia aun más provocadora. Casí se me hacia la boca agua al pasar mi vista por su abdomen, y cuando dejó sus pechos al descubierto ante mi mirada lasciva. Tenía que controlarme y centrarme en sus heridas. Empecé por hematomas que tenía en sus costados, apenas quería rozarla, recorrí su cuerpo buscando sus heridas, ahora no pondría más aceite pero mañana habría que repetir la cura, sonreí en mi interior ante la anticipación de que al día siguiente la tendría así de nuevo para mí.

_ ¿Qué pasa Alberto?_

Vaya pregunta que me hacía, qué que pasaba, pasaba que mi autocontrol estaba a punto de flaquear, que mis hormonas braman tu nombre, que soy un hombre y que la mujer a la que más deseo esta casi desnuda frente a mí, que....

_Yo tambien "lo siento" y no tengo tanto autocontrol como me gustaría_

Me dejé llevar y le dije lo que sentía en el oido, me disculpo pensando que soy debíl, pero en realidad es que estaba deseando besarla, tocarla, hacerla mia. Como le movimiento natural de la tierra alrededor del sol, mi boca buscó la suya demandante, sedienta, no fui sutíl ni delicado, la quería para mí, mis manos buscaron descubrir sus pechos sin ningún tipo de impedimentos, disfrute de la suavidad de su piel entre mis manos, de su dureza a causa del deseo que yo le provocaba. Ale se separó de mí demandando aire, la miré durante un momento a los ojos pero no me detuve, baje por su cuello dejando un camino de besos y caricias hasta llegar a mi destino, la sentí estremerce al rozar con mis labios sus senos dispuestos para mí, y entonces suspiró mi nombre aferrandose a mi cuello. Separé mis labios de su piel enrojecida y posé mi frente bajo la cavidad de su cuello, intentando acompasar mi respiración, tenía que detenerme, sus padres esperaban por mi informe clínico mientras yo casí deboraba a su hija. Sentí sus labios en mi frente y levanté la mirada para verla a los ojos.

_Esto no se queda así_me dijo en un susurro

_De eso puedes estar segura, pero tendrá que ser en otro momento_ realmente yo quiera tenerla para mí, pero quería que fuese cuando ella pudiese disfrutarlo como yo, cuando ella puediese participar activamente_ a no ser que tengas una buena excusa que decirle a tus padres._ no iba a recordarle que aún estaba atada a su invalidez, porque eso a mi realmente no me importaba para ella era de vital importancia.

Le pusé la camiseta, disfrutando de ese hecho tan simple como si fuera lo más importante que pudiesemos compartir, la besé en la frente y me estiré un poco mi bata.

_Y ahora princesa, descansa, mañana temprano vengo a verte_ la noche se me iba a hacer eterna_ yo ahora voy a casa a darme una ducha de agua muyyyyy fria.

La besé de nuevo antes de marcharme para llevarme conmigo su sabor y salí a enfrentar a sus padres, no sé como iba a mirarlos a la cara, no tenía perdón de dios, pero al fin al cabo él era culpable por hacer a esa mujer tan irrestible y ponerla en mi camino.